L razón fue que al verla me quedaba con tantos detalles sin mm no sé muy secos y bueno esto se debe a que yo tenia me parece 15 o 14 años y estaba apenas empezando en todo esto, ahora ya con un poco más de experiencia decidí realizar esto, espero que lo disfruten y bueno no sé enojen si no es nada bueno pero es hora de traer la old school a las tg caps, la comunidad en español se va perdiendo y yo personalmente leo los blogs en ingles que me han servido de inspiración para seguir, bueno, disfruten de nuevo esta aventura
Todas las mañanas escucho una voz que me
ordena hacer cosas que yo no quiero y es natural porque proviene de la persona
que me dio a luz, afortunadamente o no para mi, en ocasiones pienso que ella es
algo estricta conmigo, muchas tareas en la casa, me obliga a tomar deberes
extras después de la escuela y a estudiar como loco, siempre estoy muy
presionado para mi corta edad, a veces pienso que soy la salvación de mi
familia y es a este punto donde quiero llegar, vivo con dos hermanos, uno mayor
y el otro es menor , también con mi padre y mi madre, juntos somos una “familia
feliz” aparentemente porque nadie sabe los problemas que tenemos en nosotros y
es que siempre he notado un recelo de mi madre especialmente contra mi sin
razón alguna, es como si mi nacimiento hubiese sido un error, en caso contrario
mis hermanos son los mimados y yo odio eso, desearía que existiera alguna forma
en la cual todo fuera mejor para i pero a este paso lo veo imposible,
Este día es especial para mi porque es mi
cumpleaños de 15 años, por fin ya soy un año más grande para todas las cosas
que quiero hacer, es un paso para la mayoría de edad y con todo lo que he conseguido tal vez a los 18 le pueda decir
sayonara a mis padres de esta horrible casa, solo que algo no me dejaba estar
tranquilo conmigo mismo, podía sentí que en este día algo iba a pasar, en mis
cumpleaños suelen jugarme bromas pesadas por así decirlo, no puedo esperar a
saber que va a pasar este año, de verdad que no y eso es en tono de sarcasmo
por si alguien no lo noto, con mi pijama puesta y a punto de abrir las puertas
todo en la casa estaba tranquilo, poco a poco baje hasta el comedor y di un
gran suspiro de alivio porque no había nadie en la casa, eso fue hasta que
escuche una música de cumpleaños, todos se habían escondido, demonios ya tenían
toda la broma lista.
-Hijo por favor ve al cuarto de invitados, te
tenemos una sorpresa de invitados
-Vamos, cada año hacen la misma rutina,
podríamos no hacerla este? Mi padre
interrumpió para decirme que obedeciera a mi madre y así lo hice, de nuevo subí las escaleras hasta el dichoso
cuarto y cuando lo abrí me encontré con algo realmente raro que sobre pasó los
demás años, enserio, se volaron la barda.
Lo que vi sobre la cama fue un vestido de 15
años rosa y muy largo, unos zapatos de tacón que combinaban con el vestido, un
bacier con relleno push up para resaltar o hacer una imitación de senos, una
peluca, pantaletas, en fin demás artículos de cuidado femenino que obviamente
no me correspondía a mi usarlos, estaba tan distraído contemplando todo aquello
sobre la cama que no me di cuenta cuando mi madre cerró la puerta y lo único que me dijo fue
–Es hora de arreglarte hijita.
-Esto no es divertido mamá
-Pues te aguantas si es que quieres tú regalo
real
Me tuve que aguantar, no quedaba de otra,
procedí a desprender la ropa de mi cuerpo y es que me daba pena pero para mi
edad parecía una niña en desarrollo, tengo el cuerpo un poco femenino, a veces
me decían andrógino, curiosamente soy el único de mis hermanos que posee esta
característica, es lo único que le gustaba a mi madre, tener un hijo con la
delicadeza de una mujer, mi piel es muy blanca,
tengo un poco de curvas y caderas que podrían asemejarse a las de una chica
en crecimiento, en la escuela recibo mucho acoso por esto siendo víctima de
constantes burlas homofóbicas contra mí, aun sin pechos y un trasero normal mi
cuerpo es femenino.
Mi madre me obligo a ponerme las pantaletas,
tuve que hacer un gran esfuerzo para ocultar mi pene, la verdad esto no es
divertido vestirse de mujer pero siempre he querido ver como seria estar
feminizado totalmente, mi madre me paso el bra y con un poco de dificultad lo pude colocar en mi cuerpo, era rosita con
unos bonitos encajes y parecía ser de mi talla aunque tenía una copa algo
grande, entonces ella saco relleno y lo introdujo, cuando me vi en el espejo
parecía de verdad, me sentía un poco excitado esta aventura podría ser
divertida por un día, vi el vestido tan lindo y me lo puse con ayuda de mi
madre y me quedo perfecto, de verdad estaba pareciendo una linda quinceañera,
ya solo faltaba ponerme la peluca, los zapatos de tacón que me dieron un poquito
de problemas y el maquillaje, todo esto para parecer una linda princesa
-Hijo veo que lo disfrutas. Dijo mi madre con
un cierto tono de burla mientras aplicaba un poco de rímel en mis ojos.
-Madre… he de confesarte que siento desagrado
por esto que tú y mi padre han hecho conmigo, pero no sé le estoy tomando el gusto, creo que por
un día esto puede funcionar… creo.
Después de estar mucho tiempo batallando con
el maquillaje en el cual mi madre tengo que admitir es experta, me volteo al
espejo y ella vio algo en mí que me dio mucha pena
-Espero que ya no te de eso—Refiriéndose a
la tremenda erección que traía –Que feo se te ve eso hija. Me quede algo
extrañado, me estaba empezando a hablar de forma femenina y todavía no me sentía
cómodo de esa manera, con respecto a lo de la erección creo que no podía hacer nada y es que era
imposible con tanta belleza enfrente de mí.
-Si madre-le respondí con una miraba caris
baja tratando de que se me bajara la sangre por así decirlo
Poco a poco acomodo la peluca en mi cabeza
enredando mi corto cabello dentro para que no se notara, no tardo mucho y al
final cuando abrí los ojos caían de mis hombros una cabellera castaña clara,
lentamente subía la mirada contemplando todo en el espejo, ¡Dios mío! Pensé esto es asombroso acaricie la peluca de
cabello natura y se sentía casi como si ese cabello fuese mío, en el espejo no había
otra cosa que no pudiera ser una hermosísima quinceañera posiblemente la chica
más guapa que yo he visto, suena muy arrogante pero es la verdad, me considero
a mi mismo la mujer más bonita de mi vida.
Me quede apreciando mi bello cuerpo, perdido
en mis pensamientos aun revueltos de todo lo que estaba pasando, con mi mano
acariciaba el espejo, taradeando una canción tome el vestido di una vuelta para
ver como estaba de atrás, aun con un poco de trabajo por los tacones que usaba
pude caminar poquito mientras me seguía maravillando por mi trasformación, mi
madre me llamo.
-Hija, ya tendrás tiempo de admirar tu belleza,
quedaste divina, sin duda te pareces a mi cuando era joven- Me acerque a ella
para darle un abrazo
-Emmm gracias mamá.
Nos dirigimos con cuidado hacia la sala donde
aguardaban mi padre y hermanos, parecían estar disfrutando de todo esto, ya me
estaba imaginando el drama por el que yo pasaría, mientras bajaba mi padre
tomaba fotos para el recuerdo de la fiesta, mis hermanos se burlaban de mi y mi
madre casi al borde de las lagrimas por su pequeña hija de un día.
--Venga hija, quita esa cara y sonríe para
las fotos—exclamo mi padre con una sonrisa.
--Si padre—le dije con un todo de amargura e
incomodidad.
Yo posaba para las fotos normal, la verdad es
que no me sabia ninguna de forma femenina y el solo pensar en hacerlo me daba
una sensación de chiste en mi cuerpo.
-Que linda te ves hermana, nada más porque no
puedo tomar fotos para mostrárselas a mis amigos jajaja--dijo mi hermano el
mayor—Madre de verdad ¿No puedo sacar yo fotos?
-No y si lo haces a ti te va a tocar y ya cállense
un rato no quiero escuchar a ninguno de los tres reírse de su hermana e hija—contesto
mi madre en un tono de enojo
Mi papá nos pasó al comedor donde tuvimos una
cena poco común por ser la fecha y mi madre se esforzó en hacer la comida desde
un día antes, hizo un pavo que se veía rico, esa es mi comida favorita, aparte
de ello horneo un pastel de chocolate, ya me podía saborear los manjares tan
deliciosos, solo que debía de tener cuidado de no manchar el vestido, eso me
imposibilitaba comer de manera cómoda, como envidiaba a mis hermanos, ellos
estaba usando un trajes muy elegantes, por si fuese poco también tenia que
cuidar el maquillaje puesto que si quedaba arruinado mi mamá me maquillaría otra
vez, un fastidio total.
Comimos muy a gusto y al final mamá puso el postre sobre la mesa, el
delicioso pastel de chocolate, la sonrisa que saque quedo plasmada en una foto
que me tomo papá de sorpresa, a mis hermanos ya no les hacia tanta gracia mi
situación y lo único que ellos querían era su trozo para irse a hacer sus cosas
y salir a no sé donde, mamá puso las velitas, 15 para ser exactos, una por cada
año de vida y en este caso 15 primaveras como comúnmente se dice a las jóvenes quinceañeras
en mi país, cuando las prendió y empezaron a cantarme las mañanitas tenía que
pedir un deseo, yo pedí lo de cada año, y eso es poder ser feliz de verdad,
encontrar un lugar donde yo realmente pueda ser quién soy en realidad, que el
destino me lleve al éxito personal, no pido nada más.
-Apaga las velitas y pide tu deseo hija, ya
casi se terminan-dijo me madre con alegría en su cara animándome a soplar las
velitas,
-Uno, dos y tres—sople tan fuerte como pude
para apagarlas todas de un sentón—listo mamá ya pedí mi deseo.
Yo solo espero que este año se haga realidad,
procedí a morderlo y como es clásico mis hermanos trataron de aventarme al
pastel pero mi mamá los detuvo, hasta salieron regañados, sin duda ahora yo tenía
una preferencia enorme sobre ellos pero
no me puedo acostumbrar, esto solo va a ser por un día, mi padre salió al patio
y entro con unas cajas como de regalo, se veían bonitas y decoradas.
--Hija este estos son tus regalos, ábrelos y
espero que te gusten.-- Se acerco a mi y los puso en la mesa, yo elegí uno que parecía
ser algo grande y cuando destape la caja solo vi algo que no me dejo muy
contento y tampoco me dio risa.
-¿De verdad papá? ¿Un estúpido vestido?—claro que yo me molesté,
pensé que me darían algo de verdad bueno.
-Hija, es para que lo uses si quieres--se empezó
a reír o bueno soltar unas carcajadas-abre el siguiente, vamos
-Vale, pero no quiero que sea otra broma—este
era una caja más o menos chica pero alargada y tampoco me costó trabajo
abrirla, pero la decepción era igual—esto no es algo gracioso, arruinaron lo único
bueno de este día.
-Ya ya tranquila hija, estos son los regalos
de juguete, tú padre y yo te queríamos dar la sorpresa pero te ¡Comparamos un carro! Amor.- En ese momento sentí
tanta felicidad que los abrase de la emoción y lo mejor es que pude ver la cara
de mis hermanos de envidia, lo sabía, este sería mi año y con esto demuestro que
soy el favorito de la familia.
-Solo necesitas aprender a manejar y listo
tendrás tu carro cielo.
-Claro que aprenderé mamá, de verdad muchas
gracias a los dos, los quiero mucho--con lagrimas en mis ojos no los podía dejar
de ver.
Cuando me pude quitar de ellos Salí a ver mi
carro y era bonito, no era del año claramente pero el color negro me gustaba
mucho, ya podía imaginar cuantas chavas iba a conquistar con él y los lugares a
donde podría ir con mis amigos. El día se terminaba y las horas volaron, ya
estaba obscuro y venía siendo hora de deshacerse de este maldito vestido y
alistar mis cosas para entrar a la escuela mañana, me sentía tan nervioso, este
sería un nuevo cambio, una nueva etapa, la preparatoria sin duda seria mi mejor
etapa.
Cuando me quite todo lo del vestido y con
ayuda de mi madre a remover el maquillaje me puse mi pijama, ahora si me sentía
ya un poco más cómodo, después de pasar tanta vergüenza hoy con mis padres y
hermanos, todavía quedaba una sorpresa pendiente y esa era mi último regalo de
cumpleaños, mi madre se acerco con una cajita en las manos
--Bueno hijo esto ya no te lo pude dar
mientras estabas hermosa jajaja- Aun seguía con su risa tonta pero eso no causo
nada en mi, seguía con una expresión de indiferencia.
-¿Qué es madre?
-Pues ábrelo, espero que te guste—me miro por
unos momentos mientras se estiraba por el sueño que sentía, creo que ya estaba
algo cansada mi mamá—Bueno iré a dormir, mañana será un gran día para ti, mi
niño grande, duerme bien y no te desveles.
Salió de mi cuarto mientras yo abría el
regalo, no fue tanta mi emoción al ver un estúpido diario, esto seguía siendo
un regalo de chicas, no era suficiente con el vestido y los zapatos, ahora
también un diario, supongo que de algo me serviría, tome una pluma de mi
escritorio y escribí en el diario “Hoy para mi fue un día de mierda, diario no
te ofendas pero ya no quiero ser marica”, mágicamente me sentí mejor, lo deje
botado en un rincón y me dispuse a dormir en las sabanas calientitas de mi
cama, caí en un sueño profundo y sumamente cómodo…
Hasta la siguiente parte amigos.